Listerine, la marca que hoy es mundialmente conocida por ser un enjuague bucal tiene un origen completamente diferente. En un comienzo el producto se pensó para eliminar bacterias en la limpieza de pies, pisos y hasta esterilización de heridas quirúrgicas. De hecho, se dice que Jordan Wheat Lambert, propietario de la empresa, eligió el nombre en honor al británico Joseph Lawrence Lister que fue quien descubrió un antiséptico capaz de ayudar a mantener los quirófanos limpios de gérmenes y bacterias salvando cientos de personas al empezar a esterilizar su sala e instrumentos.
En el año 1920 Lambert y su hijo, a través de unacampaña de marketing publicitario, reenfocaron su producto. Crearon una condición médica, la halitosis (mal aliento), donde la única solución era, claro está, la receta era Listerine.


(Publicidad cuando Listerine se iniciaba en el enjuague bucal. Foto: Alamy, Vintage Adventure)
En la mentalidad de la gente, la halitosis no era una enfermedad que existiera ni preocupara, pero el anuncio de Listerine decía: “No importa lo encantador que seas o cómo de cariñosos sean tus amigos, no puedes esperar que toleren la halitosis para siempre”.
Y así, la empresa aumentó sus ingresos en apenas siete años a más de $8.000.000 de dólares siendo hoy un ejemplo de la importancia de que un buen posicionamiento es absolutamente necesario si se quiere generar una alta demanda para los productos y servicios.


(Campaña publicitaria Listerine, 2022. Foto: Listerine)
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