Todos empezamos un emprendimiento o un negocio con la idea de que vaya a funcionar, sino no lo haríamos, pero muchas veces nos olvidamos de la importancia de los errores. Cuando uno es niño aprende a andar en bicicleta cayéndose, aprende a caminar dando tumbos e incluso parte de aprender a comer es descubrir qué le hace mal a nuestro organismo o le cuesta procesar. Con esto queremos decir que fracasar es parte de una instancia evolutiva de aprendizaje.
Esto sin embargo, no quiere decir que existan razones por las cuales ya sabemos que un negocio puede fracasar y tengamos que vivirlo sí o sí. Si prevemos algunas debilidades más fácil abrimos camino al éxito. Todo emprendedor debe conocer su “campo de batalla”, saber del mercado, financiamiento y planificación para actuar resolutivamente ante las dificultades. Aquí te compartimos 6 motivos por los cuales tu negocio puede fallar:
- No armar un plan de negocios
El entusiasmo y las ganas es una cuota fundamental para que un negocio arranque, pero eso no lo es todo. Es fundamental conocer el mercado en el que uno se está involucrando, tener productos de calidad y contar con respaldo financiero. Se debe analizar el rango de precios, la rentabilidad, los costos y la inversión, por eso tener un plan de negocios posibilitará traer orden al proyecto ayudando a prever lo esencial para evitar errores: tener el dinero necesario, armar una estrategia de ventas y mantener la visión empresarial.
- Comenzar tu negocio a lo grande
Siempre necesitamos ese condimento de audacia y valía para armar un emprendimiento, poder asumir los riesgos y tomar decisiones en confianza. Sin embargo, eso no implica que dichos riesgos deben ser progresivos: debes equipar a la empresa con los materiales necesarios, alquilar un local en lugar de comprarlo y abrir una sola sucursal. Esto se debe a que al comienzo contarás con recursos finitos, el mal uso de los créditos bancarios pueden ser la diferencia entre el éxito o la quiebra.
- No tener reservas de dinero
Todo negocio requiere obligatoriamente de una serie de gastos iniciales y si bien es fundamental poner prioridades, pueden surgir imprevistos para lo cual debe existir un fondo para solventarlos. Por otro lado, si la economía no se organiza y el presupuesto de gastos está desordenado esto implica un gran riesgo para cualquier negocio. Por eso es importante y totalmente recomendado contar con una suma de dinero mensual que pueda ayudar a sortear cualquier tipo de dificultad que se presente, por lo menos hasta que el emprendimiento comience a generar ingresos constantes.
- Falta de flexibilidad
Entender cómo ganar clientes y potenciales, conocer sus hábitos de compra, descubrir sus necesidades es parte de explorar y moverse en tu mercado. Quizás uno ya venía con una idea que no es acorde a lo que terminas observando en el terreno real, en ese caso es fundamental que puedas adaptarte a ellos, escucharlos, estar a su disposición para responder dudas, etc. Todo ello habilitará al negocio a responder las demandas de su público, lo que hará que cada vez crezca más. Además, un cliente satisfecho te recomendará y llegará otro, cuando quieras ver contarás con una comunidad fiel que no sólo busca tu producto, también busca tu marca, tu empresa, porque sabe que puede responder a sus necesidades.
- No contar con un equipo
Eso del “lobo solitario” ya no funciona, las verdaderas empresas exitosas funcionan gracias a un gran equipo de socios dispuestos a apoyarse. Uno de los problemas más grandes de los emprendedores es creer que por sí mismo pueden cubrir todos los francos, pero la realidad es que nadie puede solo contra el mundo. Tener personas de confianza, que manejen los mismos intereses y aporte al emprendimiento puede beneficiarlo tanto en lo emocional como en lo económico para enfrentar y superar los desafíos.
- Desenfocarse
Querer ofrecer un producto como el mejor del mercado al menor precio es algo que no funciona, no hay productos perfectos y competir con los grandes productores que pueden economizar en la elaboración llegando a tener productos mucho más económicos es casi imposible. Lo que todo emprendedor debe conseguir es ponerse en el mapa con un buen plan y una buena estrategia, aplicando un camino para tu negocio donde clarifiques: ¿Calidad o cantidad? y en base a eso crear tu estrategia.
Potencia tu emprendimiento
Ahora que conoces los lados débiles de los negocios, y que pueden convertirse en razones de fracasos, es importante comenzar a tomar medidas para que no sufras estos traspiés. Recuerda, pasar por un mal momento no quiere decir que el proyecto se hundió, simplemente es una instancia de aprendizaje para hacerlo mejor y potenciar tu negocio.
Y siempre que puedas contrata profesionales que brinden un excelente servicio o personas con experiencias que puedan sortear los obstáculos que vayan surgiendo, todo empleado debe sumar a la visión de la empresa en la que participa. Si bien al comienzo puede resultar complicado pagar los salarios del personal, se está construyendo una base difícil de derrumbar que será rentable a futuro.
