El dinero es una de las grandes cuestiones de la vida que generan más estrés, preocupación y ocupación. Es ese ticket que abre la puerta a experiencias, anhelos y posibilidades, que da una estabilidad de vida y que te permite potenciar todas tus oportunidades. Si bien como profesionales sabemos que no todo depende exclusivamente del dinero, también sabemos la importancia de tener una tranquilidad financiera.
Quizás por eso la Asociación de Psicología Americana (APA) informó cerca del año 2015 que el dinero sigue siendo la principal causa de estrés para el 72% de los ciudadanos. De hecho, ya desde años antes de la Gran Depresión se ubicaba entre las primeras causas de preocupación y la situación post pandémica mundial se acerca bastante a esa presión social.
Entonces, ¿cómo saber si realmente tu intranquilidad es válida? ¿cómo saber si te estás “quedando atrás” en el gran desarrollo laboral? ¿realmente estás estancado financieramente? Te compartimos aquí algunos puntos a tener en cuenta para que lo identifiques y reviertas tu situación.
- Cuentas desorganizadas
Es imprescindible tener un seguimiento real de tus finanzas. Saber a ciencia cierta la cantidad de dinero que te ingresa, cuales son tus gastos fijos y con cuánto cuentas para gastos extras te ayudará a organizarte sin entrar en deudas o cuotas imposibles de pagar en este momento de tu vida. Puedes generar un Excel para llevar tus cuentas, existen algunas aplicaciones de móvil que son muy intuitivas de usar o puedes pedirle a alguien de confianza o un contador que te ayude a administrarte hasta que puedas hacerlo por ti mismo.
- No puedes asegurar tu trabajo:
Es real que el mundo se encuentra ante un cambio de paradigma que ha llevado a muchas naciones a replantear su sistema laboral y eso ha concluido en ajustes tanto salariales como de personal, sobre todo en países latinoamericanos que se han visto muy afectados luego del apagón del 2020. Aunque la economía ha ido tomando forma y encontrándose en este nuevo camino, muchos empleadores continúan recortando y reasignando a sus empleados. Para esto es importante hacerte valioso, ser de esos trabajadores que tus jefes quieran asegurarse contener con ellos mismos, capacítate, esfuérzate, hazte irremplazable. También, genera un fondo de emergencia y actualiza su currículum vitae sumando todos los cursos que vayas haciendo para acceder a mejores puestos.
- No llegas a pagar tus cuentas
Cuando tus gastos fijos son mayores a tus ingresos estás en un problema, los pagos atrasados pueden dañar mucho tu calificación crediticia. Si se trata de descuido meramente, ponte alarmas en tu teléfono u organiza un calendario para poder ir realizando los seguimientos de los vencimientos. Realiza un presupuesto y plan de acción donde progresivamente puedas destinar más dinero a finiquitar tus y generar ahorros. Si tu empleo actual no te lo permite, es hora de buscar un mayor cargo laboral.
- No puedes ahorrar o invertir:
No siempre el que no logres ahorrar es por bajos salarios, a veces simplemente se trata de saber poner prioridades en la administración de tu dinero y ver si lo estás usando sabiamente. Lo primero que deberás hacer es un archivo (digital, físico, lo que te resulte más cómodo) y escribir todo en lo que gastas, revisa qué está demás o no es realmente esencial para ti y una vez identificados los gastos extras haz los recortes que consideres pertinentes.
- Buscas beneficios o subsidios
Los soñadores y utópicos suelen poner su esperanza en una solución inmediata y fuera de lo común: anhelar un bono extra en el trabajo, ir detrás de una herencia, ganar la lotería o incluso poder sacar un subsidio. Y sí, la mente se despeja y sirve para aliviar las presiones, pero quiere decir que hay una situación que resolver. Si los esfuerzos que estás haciendo por ajustarse al presupuesto, ahorrar o cancelar deudas no están funcionando, podrías consultar con un asesor financiero profesional para analizar tu realidad y encontrar alguna alternativa.
- Usas la hipoteca para gastos comunes
A veces nos introducimos a nuevas deudas para solventar viejas deudas, es una solución rápida pero el problema sigue estando. Los préstamos o créditos hipotecarios con deducción de intereses, suelen usarse para financiar necesidades importantes, pero son un gran riesgo porque depende de que el mercado inmobiliario siga estable. Si ya lo tienes no te atrases en tu préstamo, busca refinanciar si hiciera falta para estar al día. Ten en cuenta que tus gastos comunes deben salir de tus ingresos diarios, es importante que te organices en base a todo lo nombrado a lo largo del artículo.
- Quieres usar tus ahorros jubilatorios
Esto tampoco es buena idea, te sacará del apuro del hoy pero piensa en cómo vas a resolverlo cuando ya no tengas ingresos más importantes porque no serás un profesional activo. Interrumpir sus planes de retiro, especialmente después de los 50 años, puede tener consecuencias financieras muy poco deseables. Así que busca asesoramiento para encontrar otra alternativa.
- Debes pagos de estudios
Si ya has sacado un préstamo de estudio sabes que es muy difícil que se le cancele o den de baja de no estar al día. si no puede pagarlos. Pero estudiar siempre es una buena inversión, te ayudará a crecer profesionalmente, ganar experiencia, ampliar tus conocimientos y llegar a un mayor puesto laboral con mejores ingresos. Entonces, en prospectiva, dejar de estudiar o impedirte acceder a un estudio superior por una cuestión económica no es una decisión sabia. Puedes pedir ayuda a profesionales en finanzas para que te expliquen cómo llevar adelante un préstamo académico, pero tampoco te olvides de buscar becas. Hay universidades que ofrecen posgrado con el 50, 75 e incluso más del 80% becado si cumples con sus requisitos.
Reducir tu estrés financiero es una decisión saludable, así que revisa tus costumbres económicas, sé sincero contigo mismo y observa objetivamente si estás administrando bien tus ingresos y si te hace falta busca ayuda profesional. No se trata de que dejes de hacer lo que aspiras, lo que te gusta o te conformes con tu situación actual, se trata de que aprendas a ser balanceado en tu economía. Siempre puedes aspirar a un trabajo con un sueldo más importante, puedes prepararte para ello, armar un currículum codiciable, volverte importante en tu profesión y armar un plan estratégico de mejora progresiva para vivir en paz la vida que tanto aspiras tener.
